24.10.06

La ermita de la Soledad



El domingo 15, por aquello de que no hay dos sin tres, planeamos otra excursión, pero esta vez decidimos fiarnos de la familia en vez de Enrique del Rivero. Además, el sitio al que vamos excede a sus competencias porque nos salimos de Burgos, en dirección a Canales de la Sierra y vamos a la ermita de la Soledad.
Las indicaciones de la familia resultan ser igual de imprecisas que las otras, así que acabamos llegando a Canales porque en el desvío no había ninguna señal como se nos había prometido.
Pero una vez allí, merece la pena el viaje, rodeo incluido.
A la ermita, según leemos en un panel, llega una romería la última semana de agosto en la que los romeros van con una capa negra de lana de merina y se quedan allí toda la noche, iluminados sólo por una vela, hasta que al día siguiente llega el resto del pueblo.
Al lado, hay una zona acondicionada como merendero. Lo pasamos, remontando el río una vez más, haciendo fotos de las hayas, que están preciosas ya que tienen hojas aún verdes, otras amarillas y otras ya rojas en los extremos de las ramas.
Seguimos hasta llegar a un punto en que el camino se cierra y decidimos parar a comer el bocata antes de volver para explorar el otro camino que hemos visto que salía de la ermita en dirección ascendente.
Pero a la vuelta, nos desviamos del río y acabamos teniendo que vadear otro, intimidados por las colmenas instaladas al lado del camino.
Después seguimos una pista ascendente, admirando las cumbres de la sierra de la Demanda hasta que decidimos que ya hemos andado suficiente por hoy.
Así que bajamos cantando animadamente primero el romance del Pernales y luego los grandes éxitos de la Lupe.
De vuelta hacia Burgos, paramos en Barbadillo de Herreros a tomar café.
Vemos que en este pueblo hay un albergue y una serie de rutas para subir a picos cercanos, como el San Millán, que nos resultan tentadores, aunque aún tengamos que seguir cogiendo fondo para atrevernos con ellos.

No hay comentarios: